Los autos son como los perros.
Auto fino igual a perro fino.
Un auto caro es igual a un perro caro, sirven para lo mismo. Gastan lo equivalente, te causan preocupaciones equivalentes, te exigen lo equivalente.
Se emplean -como todo en la vida- para compensar algo que no se tiene y se necesita.
Por esto a mí me gustan las perras finas, compensan.
Ellas quieren ser flaites, son flaites disfrazadas de cuicas.
En cambio las flaites -son las que realmente me gustan- quieren ser cuicas.
Y las cuicas son perras finas, las flaites de verdad sueñan con ser cuicas, por eso son caras.
Lo barato cuesta caro. Y lo que parece caro, sale muy barato.
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