sábado, 23 de julio de 2011

Dios, ¿existe?

Dios no existe. Si existiera, se notaría.
¿Cuál es el Dios de este mundo? De seguro no es tu Dios. De seguro tu Dios es un subalterno del Dios general. Por lo tanto tu Dios no existe.
¿Cuál es el Dios de este mundo? ¿Cómo se llama? ¿Qué papel juega? El Dios de este mundo es de color rojo oscuro (no vino tinto), sangre dolorosa y adolorida por el verde látigo.
La mayoría del mundo cree en un Dios amoroso. Es más fuerte el Dios de este mundo, es tan poderoso que al Dios del amor hay que predicarlo y defenderlo. Es tan poderoso el Dios de este mundo, que hasta los creyentes del Dios amoroso defienden el orden actual, donde reina otro Dios.
El único creyente verdadero en Dios es el Demonio. El Innombrable es el que más cree. Su defecto es que no cree en la obra de Dios, los humanos.

Lo que demuestra la inexistencia de Dios, son las religiones y sus prédicas.
La lucha, el esfuerzo, la competencia; traducidos en miedo, vergüenza y odio, son una demostración de la inexistencia de ese ser superior.
Dios no existe porque la vida hay que ganársela.
Todo lo que hacen las religiones, sería una ridiculez, si Dios existiera, o ellas creyeran el Él.
Salir a predicar es una demostración de que vivimos en otro mundo, no en el mundo de tu Dios.
Por lo tanto, nadie que crea en el Dios del amor puede defender este orden social.

martes, 19 de julio de 2011

La Oveja Descarriada

Lo único por descubrir es a la oveja descarriada. ¿Quién y cuál es la oveja descarriada? Ya sabemos que los últimos son los expulsados por la matrix: pobres, delincuentes, tontos, discapacitados, cesantes, drogadictos, etc.
¿Quién y cuál es la oveja descarriada? La oveja descarriada es el macho alfa, el abusador. Hay que esperar a esa oveja descarriada para no convertirnos en aspirantes al repechaje de la matrix.
El macho alfa, el abusador, el dominante, ese que hace la guerra, el torturador, ese que vive de la debilidad del débil, el monopolista y los que aspiran a serlo, los inconcientes, los competitivos, los exitosos, los supersticiosos, los enemigos de la diversidad, los sobrevivientes… A esos hay que esperar, al igual como lo hace el Buda. Pero ojo, como todavía los últimos son animales, pueden querer ser los machos alfa de los expulsados, eso los convierte en megalómanos.

Los últimos para ser primeros deben ir a buscar al abusador que los expulsó, deben ir a buscar a la oveja descarriada.

Es el mayor gesto de amor. El expulsado debe esperar y tenderle la mano al abusador que lo abusó.

No deben esperar a la oveja descarriada, la deben ir a buscar. Eso es predicar la palabra.
Pero la palabra cuando se predica, no habla. Da el ejemplo: pon la otra mejilla.

lunes, 18 de julio de 2011

Los Últimos Serán los Primeros

He preguntado a cristianos el significado de la frase “los últimos será los primeros”. Y qué quiso decir Jesús con eso.
Me han respondido algo así como: son los preferidos de Dios para entrar al reino de los cielos.
No lo entiendo. Si son los preferidos de Dios, ¿por qué no se esfuerzan en ser últimos? Prácticamente todos los cristianos que he conocido se esfuerzan por ser primeros. Entonces serán los últimos en entrar al reino.
Por eso no lo entiendo. La explicación tendrá que ser otra. Si esa fuera la aclaración correcta, significaría un desorden emocional.
Sería entonces, los primeros crean últimos para ayudarle a Dios. Los primeros hacen de esta vida un infierno para vivir en su cielo terrenal, y así los últimos tendrían el pago eterno de un cielo permanente. No me parece razonable.
La aclaración debe ser otra.
Parece que se evoluciona como los remeros: mirando el pasado. Quizá la carta de La Luna del Tarot puede ayudar a entender. Al parecer se evoluciona por el lado débil de la situación, por los últimos.
Los evolucionistas, supongamos, tienen la razón: la vida viene del agua. ¿Por qué un pez decidió ser lagartija y desarrollar patas en vez de aletas? ¿De original, de trotamundos, se sintió especial? No, seguramente faltó el alimento y fue expulsado, expulsado del paraíso acuático a la tierra prometida. Los dominantes siempre expulsan a los débiles.
Supongamos que los seres humanos venimos del mono. ¿Por qué algunos monos dejaron el follaje? ¿Cuáles fueron los monos que bajaron del bosque a la pradera? Sería absurdo decir que los más arriesgados, o los monos aventureros. Los nomos que dejaron la selva y fueron al llano no lo hicieron por voluntad propia. No olvidemos, con todo respeto, son monos. Los monos que llegaron al prado de seguro fueron los expulsados de su comunidad, se vieron obligados a retirarse. ¿Por qué? Porque el alimento escaseaba, no alcanzaba para todos. Los fuertes expulsaron a los débiles, de la misma forma que lo hacemos nosotros hoy con los pobres, los débiles, los abusados.
Los primeros expulsados de cualquier paraíso, los primeros últimos, mueren al abrirle camino a segundos y terceros expulsados.
Así… nosotros, antiguos últimos, hoy somos los primeros en la pirámide de depredación. Curioso, la evolución la hacen los peores, esos que miramos en menos.
La diferencia entre unos últimos y otros últimos, la diferencia entre la primera lagartija y el ser humano, no sé cual es. Siempre es lo mismo, el más fuerte se impone y el débil se alimenta de lo que le sobra al fuerte y si el alimento no alcanza se expulsa al débil. Al parecer echamos de menos la selva, ahí donde todos los animales pasan hambre.
En la selva parece, se respeta la ley del chorreo. Nosotros los humanos, los prehumanos, agrandamos la olla para evitar el chorreo.
No falta quien dice “es natural”. Olvidando que el ser humano es “artificial por naturaleza”. (Savater)
Animal es quien desea y aspira a ser macho alfa, animal es quien impone la competencia como forma de vida, animal es quien deja fuera y no integra a los débiles, animal es quien quiere ser mejor que otro. Animal es quien se comporta como animal y tiene una moral, ética e ideología que sirve a fines evolucionistas, de sobrevivencia. Animal es quien usa sus cualidades regaladas por la naturaleza (inteligencia, belleza, fuerza, etc.) para quedarse con lo mejor, y no para mejor repartir lo bueno que la vida nos da.
Hoy los seres humanos somos animales racionales; por racionales, acomplejados. Hemos descubierto una nueva herramienta evolutiva: la superstición. Tenemos una moral supersticiosa, servir a más de un señor. La conciencia ha sido reemplazada por las leyes. El mundo está al revés y no nos hemos dado cuenta. Al ser una especie en evolución, a medio camino entre la selva y el paraíso -la ciudad- tenemos una moral doble, ideal para indecisos, inestables y equilibristas.
Es decir, evolucionamos como animales, pero aun no somos seres humanos: al débil lo mandamos fuera de nuestra vista, competimos para decirnos unos a otros: yo soy mejor que tú. Un competidor no puede ser generoso… Etc.
Resulta curioso, el peor insulto para este animal que se comporta como virus, es decirle: ¡¡¡ANIMAL!!!
Nos identificamos con lo que seremos, no con lo que somos. ¿Cómo llegar a ser lo que intentamos ser? ¿Cómo de virus transformarnos en hombre? O lo que es lo mismo, ¿cómo pasar de Jesús a Cristo? ¿Cómo ser Dioses? Todos los maestros ya lo han dicho, el tarot y la astrología es sólo para eso.
La solución es ponerse al lado de los inferiores, de los débiles, de los expulsados. Como lo hizo Jesús.
Jesús, el hijo de Dios, era como cualquier hijo de vecino, pero de buen nivel social. No pudo haber sido inculto, pues a temprana edad conversó de tú a tú con los jefes de su religión. No pudo haber sido de una clase social sin influencias, pues habló con los influyentes y lo escucharon. No pudo haber sido pobre, si lo hubiera sido no lo habrían convidado a una boda de judíos ricos donde hizo su primer milagro. Su linaje es el de David. Ser carpintero en esa época equivaldría hoy a ser ingeniero. Por lo tanto era hijo de influyentes y cercanos al poder.
Jesús optó por los últimos siendo de los primeros. Los pescadores eran la clase social más baja, inferior a los pescadores estaban los mendigos. Jesús trabajó con los peores, no para que fueran mejores, sino para crear nuevos valores y evolucionar en la evolución. No hizo ninguna alabanza a la meritocracia.
Jesús no reflexionó sobre los problemas de la época. Jesús reflexionó sobre los valores de la época. Es lo destinado a nosotros, reflexionar sobre los valores que sustentan nuestra convivencia. Cada expulsado de un paraíso no debe repetir los valores del paraíso perdido, su obligación es buscar nuevos valores nuevos.
Y dijo Jesús, detengamos la caravana para ir a buscar a la oveja perdida. Es decir, la conducta contraria de un macho alfa. Jesús no abandona ni expulsa, ahí está el secreto de la cuestión.
El secreto es: estar con los peores sin tratar de volver donde los mejores, y sin tratar de ser el mejor de los peores. Para que resulte hay que tener una nueva moral que no sea supersticiosa.
La nueva moral ya la dijo Jesús, somos todos hijos del mismo padre, somos hermanos, nada para mí que no sea para ti. Por si no lo entendiste, todos somos uno, lo que a ti te pasa a mí me pasa, lo que necesito yo lo necesitas tú, lo que a mí me hago a ti te lo hago. Nadie merece más que otro, la casualidad no es un mérito, somos una familia que no castiga al hijo tonto, ni al hermano flojo, ni al igual distinto.
Como todas las especies nos formamos como tales tratándonos como lo que somos. Me humanizo al humanizar, soy una bestia si bestializo, me exploto al explotar. Pero al ser una especie en transición, al estar a mitad de camino entre el animal y lo humano, estamos sufriendo una infantil adolescencia de la cual podemos salir extinguidos.
Nosotros los humanos vamos en choclón, entre nosotros no sobra nadie y tenemos que usar la cabeza para planificar y ordenar la existencia. Aun no nos damos cuenta, como especie todo lo evolucionado se lo debemos a la cooperación, y no les debemos nada a los héroes competitivos. A ningún competidor le debemos algún avance, todos los avances, en todo orden de cosas, se los debemos a los colaboradores. A los competidores sólo les debemos las guerras.
Es decir, no podemos seguir avanzando con la lógica de la selva, ni esa lógica se puede transformar en una superstición.
Hay que esperar a la oveja perdida, como Buda está en la puerta del cielo esperando al último de los mortales para entrar al paraíso.

Primero que no se comporta como último es un acomplejado.

La vida tomársela como una misión, y misión es vivir según tus valores, en todo momento. No negocios son negocios.

Próximo capítulo: La oveja descarriada.
Próximo capítulo: La Meritocracia.

domingo, 10 de julio de 2011

LIBERTAD

El asunto no es la libertad.
El asunto son tus sueños, no tus dueños.
Previo a la libertad es saber para qué la quieres.
Siempre hemos tenido la libertad para realizar nuestros sueños.
Si reclamas libertad, estarás diciendo al opresor: “Tú no me dejas vivir mis sueños”.
No te rebeles contra tirano, avergüénzate de no tener sueños.

JUICIO FINAL

Imaginemos que Diosito nos interroga en el juicio final.

Dios diría:

“Tú sabes que eres mi hijo y el resto del prójimo son tus hermanos. Si tú eres mi hijo, debes saber que te mandé con una misión, misión conocida por ti, pero ahora la repetiré. Tu misión, como ser de luz, es irradiar tu luz. Yo te di la libertad de elegir la luz, puedes irradiar lo que te de la gana. Si tú eres un ser de luz, la primera pregunta es, ¿qué luz propia irradiaste? Esta es la pregunta fácil, que tú hiciste difícil. Te daré algunas pistas de tu mal comportamiento. Infierno es el lugar donde no te conviene ser quien eres, esto es, la incongruencia te da seguridad. Cielo, es el lugar donde te conviene ser lo que eres, y si no lo haces, si no eres quien eres, si no irradias tu propia luz, este cielo se transformará en un infierno. (Siempre estás en el cielo, depende de ti.) Vamos ahora a la segunda pregunta, la pregunta difícil. La primera pregunta se refería del amor a ti mismo, te amas si eres capaz de irradiar lo que tienes dentro, te odias si no te atreves a irradiar o no sabes que irradiar. La segunda pregunta tiene que ver con el amor al prójimo. (Como este juicio es a un básico, ni siquiera le preguntaré qué es prójimo.) Bueno… ya sabes que vinimos a amarnos unos a otros, que todos somos hermanos, nada para mí que no sea para ti, que todos somos hijos del mismo padre, etcétera, etcétera. No se me ocurrió nada mejor, para que ustedes los humanos se demuestren su amor, que hacer poco de lo mejor. Por ejemplo, un buen vino rico es muy agradable de beber, pero ese buen vino no alcanza para todos. La pregunta difícil es ¿qué hiciste tú para repartir lo mejor entre todos, te convenga o no? Los dones que yo te di ¿los usaste para repartir mejor el vino o para quedarte con la mejor parte del vino? No me pongas esa cara. Los dones que yo te di: tu inteligencia, tu buena educación, tu clase social, tu buen porte, etcétera. Esta es la prueba que yo, tu Dios, te he puesto: Primero, irradia tu luz, ese es el cielo. Apagar la luz interna es vivir en el infierno, aunque lo disfraces de seguridad. Si no sabes cual es tu luz interna, empieza a buscarla, está detrás de tus mecanismos de defensa. Segundo, lo poco que hay es para todos, compartirlo es amor. Como todo lo hiciste mal, vas a tener que volver a repetir el ciclo. Ahora que partes en este segundo ciclo, te contaré el secreto del éxito: cuando compartimos lo poco, alcanza para todos y sobra; no guardes para mañana. ¡Huy! Antes que se me olvide, te tengo otra pregunta, ¿fuiste cielo para con tu prójimo, o fuiste infierno para con tu prójimo?”

domingo, 3 de julio de 2011

MILAGROS

Los milagros existen. No hay duda de ello.
Pero, ¿quién hace el milagro?
Dios no puede ser, menos un santo.
Si Dios hiciera milagros, ese Dios es el demonio. Dios no puede ser sensible al halago.
Como dicen que todo está en ti. Como dicen que dijo: “tu fe te ha salvado”. Tú haces los milagros. No puede ser de otra manera.
Entonces, para hacer un milagro basta con creer en algo, bien creído.
Por lo general eso que llamamos Dios no es más que esa parte mía que me hace creer en algo.
Propongo otro nombre para Dios: “Creencia Favorita”. (Con mayúscula.)
Si te encomiendas a tu Creencia Favorita, tendrás una religión milagrera y revelaciones particulares.
Curioso, Dios no existe, y los milagros sí.