viernes, 12 de agosto de 2011

Despertar

Buda despertó después de ver el sufrimiento ajeno.
Es imposible hacerlo de otro modo.
Si tú para despertar no necesitas el sufrimiento ajeno, quiere decir que ya estás despierto. Si dices te consideras despierto, estás durmiendo. Estás soñando a estar despierto.

¿Por qué necesitó el sufrimiento ajeno?

Supongamos que algo te da asco. El asco no está en la circunstancia, el asco está en ti.
Supongamos que alguien te dice “idiota”, la idiotez no está en quien te lo dijo, está en ti.
Supongamos que al leer un libro, las letras te entretienen. La entretención no está en las letras, la entretención está en ti.
Con el sufrimiento pasa lo mismo.
Si el sufrimiento ajeno no te duele y hasta lo justificas, no sólo estás durmiendo, cada justificación es un ronquido.

“Todo lo que existe, existe, porque existe todo lo demás”.

Entramos al cielo todos juntos, o no entra nadie.

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